sábado, 14 de marzo de 2009

Volarás

Marrones los ojos que abres por vez primera,
descubres un mundo tirano, cabrón, vacío;
un mundo volviendo su espalda al amor, impío,
sacando ansiedades y estrés de su gris chistera.

Y ahora no entiendes tu suerte ni tu desgracia,
no sabes, no escucha tu mente semidormida.
Estrenas aquello que algunos llamamos vida
soñando en el cálido lecho de la ignorancia.

No crezcas pensando lo cerca que está la muerte,
ni creas eterno tu paso por el planeta.
El tiempo será quien se encargue de tus maletas,
quien traiga consigo la buena y la mala suerte.

Valora las cosas pensando en su contingencia,
esquiva las redes del barco materialista.
No pienses que ser personaje protagonista
hará rebosar la frontera de tus herencias.

Serás el esclavo sumiso de una bandada
de sucios instintos y fútiles, lerdos vicios;
verás tu cordura cayendo por precipicios,
producto de un mar de elecciones equivocadas.

No gastes tu tiempo rumiando sobre el futuro,
la vida se encarga de hacer polvorín tus sueños.
No esperes ganar recompensa por tus empeños
ni vendas tu imagen a precio de hidrocarburo.

Caerás de cabeza si sigues tus ideales:
serás un leproso sacrílego, ruin, herético.
El éxito irá en comunión con tu gusto estético,
los grandes placeres del mundo son inmorales.

La gente creerá que provienes de un mundo extraño
si sabes hablar, si comprendes una poesía.
Tu fama y las veces que folles durante el día
están en función de tu puesto en este rebaño.

Harás amistades caducas, traidoras, viles,
taimadas, mermadas, regadas con intereses.
Los buenos amigos se irán al pasar los meses
cual marzos se van al llegar los tristes abriles.

Verás que el amor te permite surcar el cielo
y así, volarás tan seguro, ligero y alto,
que luego será la caída contra el asfalto
tan fuerte que no encontrarás ni el menor consuelo.

No creas que el joven autor que versos escribe
conquista lo mismo que aquél que bocas silencia.
Pues una lección he aprendido por propia experiencia:
quien da por amor su destino, nada recibe.

Marrones los ojos que abres por vez primera,
no quieras cerrarlos sin ver este mundo homicida.
La piel del dolor te regala la bienvenida,
la piel del dolor, recubriendo tu vida entera.

Bóreas

lunes, 2 de marzo de 2009

Una vulgar poesía

Supongo que no soy nadie
solo quise ser poeta
que todo tenga sentido
incluso cuando métrica
presenten los tristes trazos
escritos en cualquier tela.
No se si a ella quise hablarle
no pude mas que vocear
a un mundo al que siempre odié
es el mío, el que se quema,
se me a quebrado sin más.
Pero no todo es tristeza
siento que ¡SI! fui feliz
y lo escribo en mi libreta
en forma de blancas páginas
para que así aparezca ella.
Ella se fue como vino
y se nublaron mis metas
así que pinté sonrisas
no quise mostrar sospechas.
Nadie esbozará sus lágrimas
por un tipo como yo
jamás quise que ellas teman
no, ellas no lo merecen.
Díganme ¿De que manera
se despedirán de Céfiro?
En su hogar queda una vela
apagada por el viento
lleva el humo y no la cera
y así es como dice al mundo
que mi rastro, nada pesa.

Céfiro

domingo, 1 de marzo de 2009

Nos miran

Si acaso las olivas de sus ojos
o el brillo de la cálida melena,
que encierra sin piedad a los suspiros,
no valgan la pena…
Si acaso las estrofas mal escritas
del tétrico fragor de su mirada,
si aquella luz añil sobre su frente
no sirve de nada…

Hará la decepción su fiel discurso
trazando en mi barniz su sombra vaga,
pues sé que quien cotiza con sirenas
llorando lo paga.
Pues sé que quien encuentra por ventura
la gótica pasión de la esperanza,
malgasta las poesías que fabrica,
los besos que lanza.

Y sé que cuando vuelva la mirada
veré la verde circe que en ti habita,
debajo de tu boca de alabastro
y de agua bendita.
Cegado, palparé sobre tu rostro
la piel que, recubierta por escamas,
ayer se me antojaba suave colcha
cubriendo mi cama.

Se irá, dejando paso al cruel delirio,
la cínica ilusión de la utopía.
El muro del engaño separando
su vida y la mía.
Lacónicas nos miran las estrellas,
nos miran tan irónicas las nubes…
Y yo no te tendré, pues no te tengo
ni nunca te tuve.

Bóreas

EL viaje

Una vez conocí a un hombre
tal era su soledad
que solo pudo gritarle
al viento, su historia, y al mar.
El viento llevo sus verbos
besos, no pudo llevar
y el mar sus sueños ahogó
pues no pudieron flotar.
Un hombre que gritó versos
risas no mostró jamas
pues razones no tenía
para vivir nunca mas.
Su verso, un serventesio
que una vez vi recitar:

Música nunca tuvo mi canción
más nadie jamas la quiso escuchar
me duele, que una triste oración
en mi muerte no se vaya a tocar.


Al fin el hombre murió
y mi voz oyó tronar
solo un rapsoda de ripios
dejo un cuaderno en su hogar.

Vi marchar, por siempre, a mi gran amor
pero ella sonrió, y así fui feliz,
y me quede con un burdo rumor
¡Su recuerdo! curó mi cicatriz.


Sus versos no fueron buenos
mas, justo antes de expirar
solo dijo una palabra
que todo me hizo cambiar.

Que sepas que no todo son problemas
nunca intentes escapar de esta vida
nada podrás arreglar con poemas
no hagas de tus sucesos una huida.



Céfiro